jueves, 24 de enero de 2013

"HAGAMOS MEMORIA". El centenar de ediciones del periódico de la CUT, la Declaración de Chapultepec sobre la libertad de expresión, y los medios sindicales como herramientas de memoria de la Ciudad.





Mientras el equipo de trabajo, columnistas y colaboradores del periódico de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia -CUT-, Subdirectiva Bogotá–Cundinamarca, preparan la edición No. 100 del periódico de la Central Obrera más grande del país; se reúnen en las instalaciones del periódico El Tiempo, el Presidente de la República, Gobernadores y Alcaldes del país, a instancias del Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa -SIP-, Jaime Mantilla, del diario Hoy, de Quito (Ecuador), y Roberto Pombo, Vicepresidente de la Comisión de Chapultepec de la SIP, para suscribir la Declaración de Principios de Chapultepec sobre las Libertades de Expresión y Prensa.

Esta Declaración, fue adoptada por la “Conferencia Hemisférica sobre Libertad de Expresión”,  celebrada en México, D.F., el 11 de marzo de 1994, en la cual participaron “líderes políticos, escritores, académicos, abogados constitucionalistas, directores de periódicos y ciudadanos de toda América”.

La redacción política del periódico anfitrión del evento, elaboró una síntesis del decálogo de la Declaración de Principios de Chapultepec, a saber: “1). No hay personas ni sociedades libres sin libertad de expresión y de prensa. 2). Toda persona tiene derecho a buscar y recibir información y a expresar opiniones. 3). Las autoridades deben estar legalmente obligadas a poner a disposición de los ciudadanos la información del sector público. 4). Todo acto de violencia contra periodistas o medios de comunicación debe ser investigado con prontitud y sancionado con severidad. 5). Toda censura u obstáculo al libre flujo informativo se oponen a la libertad de prensa. 6). Los medios de comunicación y los periodistas no deben ser objeto de discriminaciones o favores por lo que escriban. 7). Las políticas arancelarias y las licencias no deben usarse para castigar a periodistas. 8). La incorporación de periodistas a asociaciones debe ser voluntaria. 9). La credibilidad de la prensa está ligada al compromiso con la verdad. 10). Ningún medio de comunicación o periodista debe ser sancionado por difundir la verdad o formular críticas o denuncias contra el poder público”.

En realidad, el singular acontecimiento de completar cien (100) ediciones ininterrumpidas del periódico de la Subdirectiva Bogotá–Cundinamarca de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, constituye un importante hito en la construcción de la memoria de la Ciudad, allí donde la fuerza sindical del Distrito Capital, sostiene erguidas las banderas del Movimiento Sindical, esa otra indiscutible “Tribu Urbana”, permanente y sistemáticamente, invisibilizada o estigmatizada, por no pocos amanuenses de la historiografía oficial.

Así, en el día de hoy, y a propósito de las cien (100) ediciones del periódico de la CUT, debemos reconocer el esfuerzo -a veces Quijotesco- de los equipos sindicales de medios, los cuales  mantienen abiertas otras ventanas para el ejercicio de la libertad de expresión, y la divulgación de la opinión disidente, principios democráticos que se invocan desde la Declaración de Chapultepec.

Esta prensa sindical del Distrito Capital, además de visibilizar las aspiraciones, las luchas y las reivindicaciones de los habitantes de la otra orilla de la estructura social, permite hacer el merecido y justo reconocimiento de nuestra dirigencia social, comprometida con el trabajo decente, y la construcción del proyecto democrático y productivo de la nación colombiana.

Medios de prensa como el “centenario” periódico de la CUT, Bogotá–Cundinamarca, constituyen una importante fuente para la documentación y escritura de otras dimensiones de la historia no convencional de la ciudad Capital.

A propósito, y para sólo citar un ejemplo, “hagamos memoria”, refiriéndose a los acontecimientos del 20 de julio de 1810, en la ciudad de Bogotá, el Maestro Indalecio Liévano Aguirre, en esa monumental obra: “Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia”, nos recuerda la manera como, en los propios orígenes de la república, los medios y sus escribas oficiales, castigan con el látigo del desprecio y la indiferencia, a los voceros auténticos de los intereses de las mayorías:  

“El desequilibrio que estaba deteriorando, minuto a minuto, la posición de Acevedo en el Cabildo, fue contra pesado, inesperadamente, por la participación de nuevas fuerzas en el conflicto, gracias a la actividad política de un hombre extraordinario, del verdadero prócer del 20 de julio, de José María Carbonell, a quien nuestra historia oficial ha tratado de arrinconar en los modestos desvanes que se reservan para los personajes de secundaria importancia. Nada tiene ello de sorprendente, porque esa historia sólo ha otorgado el apelativo de “prócer” a los servidores sumisos de la oligarquía, y para los defensores del pueblo y los voceros de sus intereses, ha reservado invariablemente los calificativos de “demagogos”, “agitadores” y “tiranos”.

En un país, en el cual siguen pendientes las reparaciones individuales y colectivas al movimiento sindical, y existe una inmensa necesidad de que “hagamos memoria”, como acertadamente andan diciendo en el Canal Público de la Ciudad, sería deseable que, la Dirección del Archivo de Bogotá, tuviera entre sus fuentes de memoria de la ciudad, y al servicio de la academia y la ciudadanía, los cien (100) ejemplares del periódico de la CUT, porque éstos leen y hablan la ciudad, desde la cotidianidad y la perspectiva de la Tribu Sindical Urbana.

Para efectos de materializar iniciativas de esta naturaleza: “Fuentes para la Memoria y la Historia de la Ciudad”, en la actualidad, el Distrito Capital, cuenta con herramientas como el Decreto Distrital 212 de 2009, el cual adopta el “Modelo de Estudios, Investigaciones Académicas y Apropiación Pedagógica - Social del Archivo de Bogotá” que, entre otros, se encamina a la “definición, acopio, conservación y puesta al servicio público de las fuentes bibliográficas y documentales para la historia de la ciudad, en sus diversos períodos”.

Estas fuentes periodísticas alternativas, singular esfuerzo de medios del movimiento sindical, representan a la vez, una página de la lucha por la libertad de expresión en Colombia, y una bitácora para la historia de las bregas sociales de los ciudadanos que se agolpan en las centrales obreras.  

ARTÍCULO PUBLICADO EN LA EDICIÓN No. 100 del Informativo de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia -CUT- Subdirectiva Bogotá - Cundinamarca. 

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